SOMOS UN ECOSISTEMA
un viaje por el microbioma humano

Exposición de microbiología en Antofagasta

3. Mi ecosistema conectado

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Balance cerebro-microbioma-intestino.

Si nos sentimos bien, nuestro ecosistema también se siente bien. Aunque no es exclusivo, el cambio en el cuerpo o ambiente que vivimos, influencia cambios en nuestro microbioma que ocurren junto con la aparición y desarrollo de ciertas enfermedades.

El aumento de la investigación del microbioma y su relación con nuestra persona ha permitido establecer relaciones con muchas enfermedades y problemas de salud mental y física, cómo la relación del cambio del microbioma con: enfermedades neurodegenerativas, párkinson, esclerosis múltiple, obesidad, diabetes, enfermedades respiratorias, colon irritable, estrés y depresión. Estas enfermedades no son causadas ni desarrolladas exclusivamente por cambios en el microbioma, pero podría tener una relación. El poder identificar los microorganismos determinantes para un microbioma sano, así como los relacionados a ciertas enfermedades son clave para futuros métodos de diagnóstico y tratamiento de estas.

Eje cerebro-microbioma intestinal. Aunque el mecanismo no está completamente claro, se ha establecido una conexión muy cercana entre nuestro cerebro y el microbioma intestinal, incluso proponiendo al microbioma como un órgano o segundo cerebro. Esta relación tan estrecha no es jerárquica, sino más bien como una relación conjunta entre nuestra persona y el microbioma.

Conoce cómo proteger tu ecosistema con pre- y probióticos y recuerda: somos un ecosistema.

Biopelícula, una gran metrópolis microbiana.

Los microorganismos también viven en comunidad, a veces como grandes metrópolis llamadas biopelículas. En estas comunidades, pueden cambiar sus dinámicas dependiendo de su entorno. Si nuestro ecosistema microbiano se encuentra sano, nos ayudará a mantener también sana nuestra salud física y mental (más información).

Pre- y Probióticos.

Para mantener nuestro ecosistema balanceado, debemos tener en consideración nuestro autocuidado. Lo que consumimos y cómo cuidamos nuestro cuerpo afecta tanto a nuestra persona como a nuestro microbioma. El consumo excesivo de drogas, alcohol u otros compuestos tóxicos afectan negativamente a nuestra persona y microbioma. Para las personas con vulva, las duchas vaginales, ropa interior apretada o sintética, la mala higiene después de prácticas sexuales, o el lavado excesivo con jabón también puede provocar la pérdida de su microbioma natural. Además, el consumo de antibióticos también afecta al microbioma de todo nuestro cuerpo. 

Comer alimentos de cada estación nos ayudaría a fortalecer nuestro microbioma. Si tienes el acceso, consume alimentos sin pesticidas o fertilizantes, ya que tu microbioma es sensible a los glifosatos presentes en ellos. Además, te presentamos algunos productos que nos ayudan a mantener nuestro microbioma en balance y sano son:

  • prebióticos. Nutrientes que favorecen el crecimiento de microorganismos de nuestro microbioma, como el abono para las plantas. En la alimentación, incluyen alimentos ricos en fibra, que contienen carbohidratos que no digiere el cuerpo humano. Ejemplos: cáscara de manzana, pera, ciruelas, higos (pectina); alcachofa (inulina, aumenta absorción calcio y magnesio); papa, arroz y plátano (almidón); soya y otras legumbres (oligosacáridos); leche (lactulosa y lactinol); chocolate negro (polifenoles, >80 % cacao sin azúcar). También existen otros productos cremas para la piel con prebióticos.
    Otros alimentos como las microalgas (Spirulina, Chlorella) son suplementos alimenticios de microorganismos que nos entregan nutrientes y fomentan el crecimiento de Lactobacillus.
  • probióticos. Son microorganismos que podemos consumir y ayudan a fortalecer nuestro microbioma, como las Bifidobacterias, Lactobacillus y las levaduras Saccharomyces. Se pueden consumir como suplemento o como alimentos parte de nuestra dieta (pre+pro): yogurt natural (Lactobacillus), chucrut y otros encurtidos (Lactobacillus), otros alimentos como kéfir (tipo de leche fermentada), miso (condimento japonés, Aspergillus oryzae), y kombucha (bebida que contiene mezcla bacterias y levaduras). 
    También hay productos probióticos en crema para fortalecer el microbioma de nuestra piel o las del conducto vaginal.

Además de ello, el ejercicio regular también ayuda a mantener nuestro microbioma sano y nuestro ecosistema en balance. Nuestra salud física y mental se interrelacionan, y estas a su vez con nuestro microbioma. Es de suma importancia el acceso universal a una dieta saludable y espacios seguros para ejercitarnos, ya que ambas son claves para mantenernos sanos/as.

Referencias.

  1. Turnbaugh, Peter J., et al. 2007. “The Human Microbiome Project.” Nature 449 (7164): 804–10. https://doi.org/10.1038/nature06244
  2. Houtman, Jaeger Jacqueline. 2015. “The Human Microbiome: Your Own Personal Ecosystem.” Federation of American Societies for Experimental Biology 1 (1): 1–13. enlace.
  3. Morgan, Xochitl C., et al. 2013. “Biodiversity and Functional Genomics in the Human Microbiome.” Trends Genet. 29 (1): 51–58. https://doi.org/10.1016/j.tig.2012.09.005

2. somos un ecosistema

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4. Visitas no deseadas

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